martes, 25 de septiembre de 2012

Piramide del desarrollo

4 comentarios:

  1. En este artículo sus autores describen un modelo de desarrollo humano basado en una pirámide, ya que defienden que el desarrollo es un proceso continuo en el cual van adquiriéndose habilidades y conocimientos sencillos que poco a poco van complejizándose y que al mismo tiempo van a permitir la adquisición de nuevos aprendizajes y procesos más complejos. Es decir, el modelo presentado contiene las capacidades básicas que el ser humano ha de adquirir y desarrollar dispuestas en capas y sin las cuáles no se puede avanzar para alcanzar la cúspide y por tanto un desarrollo integral del individuo.
    En primer lugar es necesario el desarrollo de los sistemas sensoriales (vista, oído, olfato, gusto, tacto, propiocepción y intercepción), en un segundo momento estaría el desarrollo sensoriomotor (tono y relajación, equilibrio y coordinación, madurez de reflejos, planificación motriz, esquema corporal, lateralidad, conciencia de respiración y capacidad de integración sensorial), posteriormente se situaría el desarrollo perceptivomotor (imagen corporal, coordinación visiomotriz, percepción del propio cuerpo, ajuste y control postural, destrezas del lenguaje, habilidades de juego simbólico, control de la atención, organización espacial y estructuración espacio-temporal), después encontramos el desarrollo de los procesos superiores (motricidad fina, capacidad de inhibición motriz, aprendizaje académico y autonomía personal) y dentro de éste en lo más alto de la pirámide encontraríamos la conducta adaptativa. A su vez, existen dos ejes transversales a estos procesos de desarrollo, que es el paso de las emociones a las habilidades sociales y de la interacción con el medio físico y social al símbolo.
    Todo ello nos permite apreciar que el desarrollo humano es un proceso dinámico de construcción, que necesariamente requiere de todas sus piezas para ser alcanzado con éxito. Además, cabe destacar que se va construyendo gracias a factores personales o biológicos y a factores ambientales del entorno, cuya interacción de factores en el proceso de construcción de nuestro desarrollo es fundamental.
    Por otra parte, también cabe destacar el hecho de que se construye mediante un orden, pero como ya he comentado anteriormente todas las piezas son claves para la correcta formación del puzle que es el desarrollo humano. Además, hay que destacar que todo ello no podría ser posible sin el papel que juegan las emociones y los símbolos o significados en la relación con nuestro entorno social y físico, elementos que nos son necesarios como personas que forman parte de una sociedad.
    Para finalizar el artículo, los autores plantean una pregunta que dice así: ‘‘¿Qué ocurre cuando algo falla en este proceso?’’. Yo creo que cuando algo falla en este proceso, el desarrollo humano no llega a alcanzar todas sus posibilidades, ya que la falta de una pieza en la pirámide va a tener consecuencias sobre otras capacidades y así sucesivamente hasta llegar a la cúspide. Es decir, que el hecho de sufrir alguna alteración o carencia en alguno de las partes de las diversas etapas del desarrollo va a condicionar el posterior desarrollo de otras capacidades, la cual cosa no va a permitir al individuo llegar a conseguir el dominio que su desarrollo humano debería ofrecerle. Pero muchas veces, a pesar de la carencia que algunas personas tienen en algún aspecto de este proceso de desarrollo, tienden a desarrollar otras habilidades o capacidades más para intentar paliar los efectos de esa limitación que tienen, aunque en muchas ocasiones no se consigue. Es decir, en esta situación entra en juego el papel que desarrolla su ambiente y su capacidad de resiliencia.

    María Luisa Cuenca García
    Grupo 3S - Universitat de València

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  2. LA PIRÁMIDE DEL DESARROLLO HUMANO (parte 1)
    Se presenta a través de este artículo una nueva concepción del desarrollo humano, de forma gráfica, como si se tratara de una pirámide. La idea es identificar este proceso con la estructura de la pirámide: resistente al paso del tiempo, amplia base en la que se sustentan las diferentes capas, dividida en diferentes fases con sus correspondientes niveles, como se observa en el gráfico. Tras el sistema nervioso, en el primer nivel de esta pirámide se encuentran los sentidos, aspecto que todo ser humano comparte, pero que cada uno de nosotros emplea dependiendo de la cultura a la que pertenezca y a diferencias individuales. Tras esto, tercer y cuarto nivel manifiestan determinados aspectos del desarrollo relacionados con la capacidad de integración sensorial del cerebro de niños de hasta 3 años como el equilibrio y coordinación dinámica general, la madurez de reflejos, la planificación motriz, la noción de esquema corporal, la lateralidad, la conciencia de la respiración y la capacidad de integración sensorial. El quinto nivel, el sexto nivel y el séptimo nivel se corresponden con el período del desarrollo que va de 3 a 6 años y se componen del desarrollo de la imagen corporal, la coordinación visomotriz, la percepción del propio cuerpo, el ajuste y control postural, las destrezas del lenguaje, las habilidades de juego simbólico, el control de la atención, la organización del espacio y la estructuración espacio – temporal. Luego situamos la etapa de 6 a 12 años en la que intervienen los niveles más altos de la pirámide, y se componen del desarrollo de la motricidad manual fina, la capacidad de inhibición motriz, el aprendizaje académico, la autonomía personal y, por último, la conducta adaptativa.
    Por otro lado, en esta propuesta también se deben tener en cuenta lo que llaman “ejes transversales” que traspasan de parte a parte cada una de las etapas estudiadas, cada una de las fases porque el desarrollo humano no se puede entender sin estos dos ejes: uno que va “de la emoción a las habilidades sociales” (las emociones son unos de los elementos imprescindibles para la supervivencia del género humano y confieren el fundamento del ser y estar en el mundo; por ello es imprescindible que la sociedad fomente una educación emocional adecuada para que en los primeros 6 años los niños aprendan a primar las emociones positivas); y otro que va “de la interacción al símbolo” (primero es necesario manipular los objetos que pertenecen al mundo que nos rodea para luego crear un pensamiento abstracto).

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  4. LA PIRÁMIDE DEL DESARROLLO HUMANO (parte 2)
    A través de este modelo gráfico, visual y esquemático de la concepción del proceso de desarrollo del ser humano se pretende explicar las secuencias del mismo y también las carencias que se producen en el desarrollo; mostrando que existe un orden en el desarrollo, que la tipología de procesos o adquisiciones que aparecen en el desarrollo van cambiando (de ahí que haya diferentes fases), que en el desarrollo existen unos ejes transversales que acompañan y articulan todo el proceso que estimulan y conectan los diferentes logros que se van produciendo, que la emoción acompaña al niños desde los primeros momentos estableciendo una conexión continua y constante con sus pequeñas adquisiciones otorgándoles el valor social que merecen y que las interacciones con el ambiente favorecen el paso de unos niveles a otros dándole la oportunidad al individuo de conocer e interactuar con la realidad social que lo rodea.
    Todo lo expuesto en el artículo resulta muy interesante puesto que ofrece una visión detallada del proceso de desarrollo que llevan a cabo los niños con los que, en un futuro, vamos a trabajar. Y, como miembros del entorno que los rodea, sabiendo que vamos a influir en su evolución de una forma constante y significativa, debemos tener en cuenta todos estos aspectos para ser capaces de identificar posibles dificultades, problemas o disfunciones y saber cómo reaccionar ante ellas, ofreciendo soluciones efectivas. Como profesionales debemos conseguir que, al analizar lo que ocurre en las aulas, no llevemos a cabo una observación superficial centrándonos únicamente en aquellos aspectos que resultan extraordinarios dentro de la rutina diaria, sino que nos centremos en todos y cada uno de los aspectos que conforman el día a día en las escuelas, sobre todo aquellos que resultan más rutinarios, pues son los que más información nos pueden ofrecer sobre nuestros alumnos y los posibles errores que se están cometiendo dentro del sistema. En este sentido, una frase del artículo resulta muy adecuada: “la simple visión de lo alto de la pirámide o la punta del iceberg oculta una mirada más en profundidad que revela las bases o el sustrato desde donde se puede iniciar el proceso de intervención y mejora.” Por ello, debemos tener en cuenta todo tipo de aspectos a lo largo de nuestra observación como docentes: lo ordinario y lo extraordinario, el currículum oficial y el currículum oculto, para conseguir realizar mejoras efectivas y significativas.

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